miércoles, 19 de enero de 2011

Desacostumbrar el ojo urbano



Hay un tema recurrente en mi bolsa donde guardo todos mis dilemas morales. Ese tema es el polémico asunto de las personas que piden limosna en las calles. Considero que es polémico, al menos porque mi esposa y yo tenemos opiniones ligeramente divididas. Mi esposa considera que uno no debería ser tan frío como para juzgar a una persona cada vez que se acerca a pedirle dinero. En ese aspecto con sido con ella. Uno no puede a conveniencia propia pensar que todas las personas son unas vividoras que no quieren trabajar. Hay casos donde la necesidad de un pobre humano en desventura se hace más evidente, casi que desde un ámbito espiritual porque de alguna forma sentimos que la persona es genuina en lo que dice. Pero en lo que sí diverjo de la opinión de mi mujer, es en que estos casos son muy pocos. Yo prefiero dudar de primeras, y juzgar luego si realmente hay necesidad en la persona. Mi esposa tiene el pensamiento que de cierta forma, debemos dar el beneficio de la duda porque en el peor de los casos ayudamos a un vago; pero es preferible a dejar de ayudar a alguien que si necesitaba compasión en ese momento.

En todo caso, dejando la discusión aparte. Algo que me puso a reflexionar fue el conocer el caso de Ted Williams. Este sencillo hombre, hasta hace muy poco dedicado a al oficio de pedir dinero en las calles, encontró la salida a esta penosa actividad, porque alguien que lo conocía al encontrárselo frecuentemente al pasar por la misma calle, decidió subir un video a Youtube por considerar que su voz era algo magistral, digna de ser aprovechada en más de un medio de comunicación. Llama demasiadamente la atención como alguien con este calibre de voz haya estado tanto tiempo desapercibido por las miles de personas que pudieron haber pasado a su alrededor en todo este tiempo.

Y es que nos hemos acostumbrado tanto al paisaje urbano, que verdaderamente nos olvidamos que detrás de una persona que tiene una apariencia sucia y desagradable, sigue habiendo un ser humano. Un ser humano con dones, talentos y habilidades. Quizás ni se dan cuenta que tienen un potencial para hacer algo admirable en esta vida, pero al igual que Ted, necesitan a alguien que les ayude a despertar.

Creo que todos deberíamos proponernos aprender a ser motivadores, para siempre estar en la disposición de sembrar una semilla de esperanza en alguien que se ha considerado un estorbo para la sociedad. Es más valioso en muchos casos tomarse un momento para determinar a una persona, que simplemente mitigar el cargo de conciencia sacando unas cuantas monedas del bolsillo.

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